Es la primera universitaria de su familia y dice: “La educación pública nos cambió la vida”

Florencia Funes nació en Concordia, estudia dos carreras en Paraná y – ante el avance de discursos privatizadores– contó su vida para poner en valor lo que significa que el Estado brinde educación gratuita y de calidad.

La historia de Florencia Funes, una joven entrerriana nacida en Concordia, empezó a circular en las últimas semanas como ejemplo de lo que podría perder la Argentina si prosperan ideas como las que vocifera a diario uno de los tres candidatos con más chances a gobernar el país, como Javier Milei. Florencia es la primera estudiante universitaria de su familia, cursa las carreras de Psicología y Acompañamiento terapéutico en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader) y se moviliza junto a otros estudiantes para defenderla frente al «avance de la ultraderecha» con discursos que plantean «mercantilizar todo».

«En mi casa éramos seis y dependíamos del trabajo de mi papá como herrero changarín, que migró de Catamarca a Entre Ríos en búsqueda de trabajo. Teníamos para las necesidades básicas. Con cuatro hijos, mi mamá terminó la secundaria cerca de los 40 y después estudió la tecnicatura en Enfermería, cuando yo tenía siete años. Gracias a ese título, pasamos de vivir en una casilla de madera a poder construir, en 2012, una casa de material», le contó a la agencia Télam Florencia, quien con 25 años se mudó para estudiar a Paraná, a unos 300 kilómetros de su ciudad natal.

Florencia se fue a vivir a Paraná en 2017, a sus 18, para estudiar Psicología en la Uader, universidad pública provincial que está construyendo su campus universitario. Por este motivo, la joven cursa en las aulas de la escuela Normal. En paralelo realiza la carrera de Acompañamiento terapéutico, en la misma institución. «Lo que me dio la posibilidad de venir a vivir acá fue la residencia de estudiantes de la Municipalidad de Concordia, donde pude conocer mucha gente y actualmente vivo con una compañera de esa residencia y alquilamos un departamento. Además, mi papá y mi mamá siempre tuvieron una visión de progresar y no es fácil porque hay que sostener los estudios», valoró la joven.

Y enfatizó: «Para mi familia la educación pública fue una herramienta y un derecho muy importante, nos cambió mucho nuestras vidas. Mi mamá logró recibirse con el acompañamiento de mi papá, que trabajaba en su galpón en el frente de nuestra casa y podía cuidarnos a mí y a mis hermanos. Siempre fueron muy compañeros los dos», añadió.
«Me duele un montón escuchar que cuestionen el valor de las universidades o de la educación pública. Nosotros acá en Paraná, entre las universidades que hay, empezamos a hacer asambleas e hicimos una movilización el 8 de septiembre ‘en defensa de la educación pública'», destacó.

«La educación pública tendrá sus cosas por solucionar, pero es un derecho que hay que cuidar y sostener. Siempre tuve muy en claro que quería estudiar desde el deseo y también, como clase pobre, que era lo que podía ayudarme a dar un paso más, obviamente sin romantizar, porque también no es fácil sostener ese recorrido y yo tuve la suerte de contar con una contención de parte de mi familia», remarcó.