Por Santiago Joaquín García
Cómo explicarle a una persona que es de otra ciudad lo que significan los Bomberos para Gualeguay. Hagamos un intento. Todos los días, en su sede de la calle 25 de mayo atienden llamadas que van desde el rescate de una persona hasta la consulta por la farmacia de turno. Cualquier pregunta que tiene un vecino la traslada a la línea 100. Acompañan los eventos de la ciudad, trasladan personas enfermas que viven en zonas inhóspitas del departamento, bajan un gato de un poste de luz, y, claro, apagan incendios. Bomberos Voluntarios de Gualeguay es una de las instituciones madre de la ciudad, y por eso cada año la comunidad colabora con la rifa para que no deje de crecer. Ante su cumpleaños número cincuenta decidimos conversar con un miembro de comisión directiva y un integrante del cuerpo activo.
“El apoyo fundamental es la sociedad”
Gerardo Menescaldi, tesorero de la comisión directiva, se refirió a este año especial: “Es un honor que nos toque estar cumpliendo los 50 años, ya que en aquellos años, en 1974, un 13 de mayo se formó la Sociedad Bomberos Voluntarios Gualeguay. Si bien se venían haciendo reuniones anteriores, donde había una compañía de seguros en calle San Antonio, se formó la primera comisión para hacer el cuartel de los Bomberos Voluntarios. El motivo fue porque en la ciudad, en esos momentos, hubo algunos casos bastante grandes y habían tenido que venir de afuera. Me siento agradecido de esa gente que tuvo esa iniciativa, y hoy por hoy todavía tenemos la suerte de tener un miembro de la comisión directiva que es fundador. Quedan cuatro actualmente en la comunidad, pero tenemos la suerte de tener uno acá. Es un orgullo personal poder estar en la institución cumpliendo los 50 años”, comenzó.
Le consultamos también por el enorme crecimiento que ha tenido la institución, que cuenta en la actualidad con una manzana, decenas de unidades, salones y demás: Por aquellos años arrancó por lo que se llamó el Club de Pilotos, al lado de Soychú. En los años ochenta un intendente nos cedió un pedacito de terreno donde funciona actualmente. La institución se fue armando, levantando este cuartel y comprando después las otras propiedades de la manzana. Y fue creciendo cada vez más rápido. El apoyo fundamental es la sociedad, más que nada con la rifa anual de cinco mil números. Aunque este año nos quedan algunos, el año pasado se vendió en su totalidad. La situación económica del país nos afectó como a todos, pero seguimos cubriendo todos los servicios. No estábamos como el año pasado. Espero que se sigan haciendo todos los servicios. La ciudadanía y la gente de campo siempre colaborando. Y el cuerpo activo es el pilar de la institución”, resaltó y continuó en el mismo sentido: “Quiero agradecer a los miembros de la Comisión, al Presidente, al Cuerpo Activo que presta su tiempo desinteresadamente. La sociedad es la base fundamental de que esta institución siga adelante. Este 13 de mayo pasado, en el día del aniversario, se presentó un vehículo nuevo gracias al apoyo de la empresa Improcil que puso la diferencia para que pudiéramos tener una unidad cero kilómetro. También agradecer a Soychú y a toda la sociedad que nos permite que todas las unidades sean prácticamente nuevas, casi todas en funcionamiento. Hay siete autobombas en funcionamiento; una unidad de rescate para los accidentes, que es un camión; hay una traffic K9 que está equipada totalmente para moverse con los perros cuando tienen que ir a algún lado; hay una traffic que es para transporte del personal y que se cumple los servicios de llevar traslados de personas a transfusiones de sangre; después están las tres embarcaciones náuticas, en la guardería del Puerto, listas para el caso de que tengan que salir a buscar algo a la Isla. Y un helicóptero que, si bien no es de la institución, los muchachos Dell’ Arciprete son Bomberos y están a disposición las 24 horas
“No tenemos turno ni guardia fija”
Llega el turno de conversar con Franco Bogado, integrante del Cuerpo Activo de Bomberos para que nos cuente cómo es la rutina: “El día a día para nosotros es normal. Arranca temprano cumpliendo con los servicios que salen. No tenemos turno ni guardia fija, cada uno cumple cuando puede. Si no, la sirena nos convoca y sabemos que tenemos que ir. En mi caso llevo siete años en la institución, ingresé cuando tenía dieciocho años. Lo que nosotros hacemos es desde el servicio de agua, colaborar con autos empantanados, siniestros en el agua, accidentes, incendios de vivienda. Siempre intentamos prestar una solución rápida y comprendiendo a la familia en momentos angustiantes”, comenzó. Le pedimos que nos cuente también cómo fue el tema de la inundación de Gualeguay, producto de las intensas lluvias que anegaron en especial los barrios del norte: “Con la inundación estuvimos ayudando a la gente a salir, llevando arena a las casas, sacando materiales y electrodomésticos para que la gente no pierda sus cosas personales”, remarcó.
Quisimos saber también el tema del compañerismo dentro del cuerpo activo: “Es excelente, siempre compartimos un mate, charlamos, solucionamos cualquier discusión. Es un grupo muy lindo”. Finalmente quisimos saber si el pueblo es agradecido con la institución cuando prestan un servicio en forma desinteresada: Sí, muchas veces lo sentimos en cualquier situación. En un rescate de un animal, en un suministro de agua, en un incendio. Muchas veces sentimos el cariño de la gente y el agradecimiento, sobre todo”, cerró.
Dijimos que era difícil transmitir a una persona de otra ciudad lo que significan los bomberos. Vaya un último intento. No hay un vecino de Gualeguay que en algún momento de su vida no haya recurrido a los bomberos para algo. Así de simple. La variedad de servicios que cubren es enorme y hasta las autoridades los toman como apoyo y referencia a la hora de resolver conflictos. Ante sus cincuenta años, no queríamos dejar de dedicarle unas palabras de agradecimiento.