Carta de amor zoológico

Por Luis Alberto Salvarezza

Por vos he desoído a las sirenas.

Bebí miel, machaqué perlas e imité a los pájaros
y aullé como un lobo cubierto en lana de cordero.

Fui limosna para poder darme a tu asombro.

Me sentí perro atado,
custodiando desde el ladrido este espacio nuestro.
Y supe de la rabia hasta el ahogo;
que entre el vacío que deja la lluvia e inaugura el sol
se deshace un colibrí en semicírculo de colores.

Que la libertad nos perteneció siempre,
a pesar de las cimbras y otras trampas.
Que hubo épocas de caza y épocas de veda.

Distintos plumajes, diferentes vuelos,
pero el nido siempre fue el mismo.

Y porque juntos hemos visto al encantador de serpientes
transformarse en una de ellas,
al domador en potro
y al pescador arrojarse al río,
nadie sabe qué animal elegimos para ser esto
que bestialmente nos une: la cópula.

Estos amaneceres de lagañas, pegajosos, soñados.

No quise ser gato cuando vos eras perra,
ni ratón cuando eras gata,
ni carnero cuando eras loba,
ni trigal
(aunque una manga de langostas ya le ha quitado a lo nuestro
mucho verde y amarillea),
porque había mucho cuervo vangoghiano suelto.

Fui río cuando necesitaste el agua.

Aire cuando tuviste que volar.

Tierra cuando debiste hundirte.

Y fuego, intensísimo fuego, siempre.

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Luis Alberto Salvarezza nació en Concepción del Uruguay el 24 de enero de 1957. Es poeta, ensayista, escritor y artista plástico. Su obra poética integra más de 60 antologías y ha sido reconocido por su trabajo en más de 30 ocasiones. Es miembro de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) y recibió la Faja de Honor de la SADE.